Desde Chile, a por el mundo
Como si de un efectivo de las tropas de los libertadores O´Higgins y San Martín se tratara, Francisca Valenzuela (California, 1987) ha conseguido traspasar la cordillera andina –nació en Estados Unidos, pero desde los 13 años vive en Chile- con la disciplina de un Buen soldado, de ahí el título de su segundo disco. Esta joven cantante, miembro de la emergente escena musical chilena de la que forman parte Javiera Mena, Gepe o Ana Tijoux, ha tardado cinco años en armar una nueva compilación de historias de amor y denuncia interpretadas al piano clásico, pero con dejes “pop-rock o rock-pop, como cada uno prefiera”, define la artista. “Mi primer trabajo era más confesional, una ventilación biográfica, en este nuevo he seguido en esa línea pero incluyendo una faceta de cuentacuentos propia de un disco de Paul Simon o Bob Dylan”.
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